Después de que una infección en el pie de Heber truncara nuestros planes de hacer unas etapas del Camino Baztanés, tuvimos que hacer cambio de planes en cuestión de horas. Con la mochila preparada, las etapas organizadas, algún hostal reservado y toda la ilusión del mundo, nos vimos obligados a buscar un nuevo destino. En un primer momento barajamos la Provenza, a la que le tenemos ganas desde hace un tiempo, pero eran demasiados kilómetros para 9 días; otras opciones fueron Córcega y Cerdeña, pero nos ocurría lo mismo que con la anterior; incluso llegamos a mirar vuelos de última hora por si encontrábamos algo a buen precio, pero no había nada de nada; el puente a la vuelta de la esquina no facilitaba las cosas. Así que finalmente nos decantamos por Portugal.
Hace mucho que no publicamos una entrada de «Viaje y Música» y no se nos ocurre mejor momento para retomar la costumbre que hacerlo con la voz de la Reina del Fado, Amália Rodrigues, y un fado que a muchos os sonará: Fado Portugués. Disfrutad de la música mientras léeis.
Ya conocíamos Portugal en furgoneta; hace 7 años estuvimos en El Algarve y hace 4 en la zona norte: Caminha, ValenÇa do Minho (donde María pasó unos 14 veranos de su vida), Braga, Porto, Coímbra… Pero no habíamos estado con Éire, así que nos pareció un buen momento. La idea era entrar por Lisboa y llegar hasta donde nos diesen los días.
Salimos de Madrid tarde a las 18.00 horas (muy tarde), así que ya sabíamos que no iba a darnos tiempo a cruzar la frontera. Al pasar por Trujillo, nos planteamos parar a dormir y dar buena cuenta del desayuno de su Parador, pero decidimos que mejor seguíamos; nuestro vicio de desayunar en los Paradores Nacionales que encontramos en nuestras rutas lo dejaríamos para otra ocasión. Al final amanecimos entre olivos a unos 30 kilómetros de Portugal.
Un paseo por Elvas nos llevó a descubrir un rincón un tanto truculento: el Largo de Santa Clara en cuyo centro está ubicado un pelourinho, de cuyos ganchos se colgaba a los reos o solamente a sus cabezas, dependería de la suerte de cada uno.
Évora nos regaló un concierto en su catedral, un pastel de nata en su más famoso café, el Arcade y, por supuesto, la idílica imagen del llamado Templo de Diana, un templo romano del siglo II a.C.
Además, a Évora tenemos que agradecerle que nos ofreciera el precioso pino que nos cobijó en nuestra primera noche en Portugal.
Y a la mañana siguiente llegamos a Lisboa. Decidimos quedarnos en el Lisboa Camping a 22 euros la noche con electricidad. Para movernos utilizamos el autobús que sale del camping y que tarda aproximadamente 40 minutos en llegar al centro de la ciudad. Los horarios son bastante complicados y el último recorrido es a las 22.20 horas, así que toca cenar tempranito.
Lisboa es una ciudad para callejear, subir cuestas, bajar escaleras, coger ascensores construidos hace más de 100 años y disfrutarla desde las alturas, visitar castillos y por supuesto, yendo con niños, visita obligada es el Oceanario, para ver peces de colores, mantas y tiburones.
De camino a Coimbra hicimos un alto en el Parque Natural de la Sierra de Aire y Candeeiros para contemplar las huellas de dinosaurios que se conservan cerca del pueblo de Bairros en el Monumento Natural das Pegadas de Dinossáurios da Serra de Aire. Una visita no muy larga pero en la que con un poco de imaginación y de dramatización por nuestra parte se convirtió para Éire en la gran aventura del viaje.
Terminamos nuestra escapada portuguesa bajo la lluvia en Coímbra. De nuevo, por ser una ciudad de cierto tamaño, decidimos dormir en el camping (16 euros la noche con electricidad) y de nuevo nos encontramos con el problema del transporte al centro. En este caso todavía fue más complicado que en Lisboa, los autobuses pasaban cada hora o cada dos horas y el que nos dejaba al lado del camping hacía su último viaje a las 19.50 horas. Aún así, pasamos un par de días agradables que terminaron en Portugal dos Pequenitos, lloviendo a mares, saltando en los charcos y comiendo helados.
Que tengáis todos un feliz martes.
Estupenda escapada, preciosas fotografías.
Yo tengo prevista una escapada también a Portugal y tomo buena nota con esta entrada, haber si tengo suerte y encuentro ese precioso pino para hacer noche.Portugal tiene mucho que ver y hay que recorrerlo despacito para no perderse nada..
Gracias por la información que dejas en este divertido Blog.
Muchísimas gracias por tu comentario. Si no encuentras ese pino, seguro que encontrarás otro; Portugal está lleno de campos por los que te puedes perder. Si quieres más información sobre escapadas a Portugal, no dejes de pasarte por los blogs http://www.lamaletadecarla.com y http://holabehippie.blogspot.com.es Encontrarás muchas cosas interesantes. Un abrazo fuerte y esperamos que nos sigas visitando.
Mil gracias chicos!! No solo su información sino también la de otros. Buena oferta !!!
Gracias. Lo mejor de todo esto es poder compartir. Un abrazo enorme.
Hola!!!!!que fotos tan chulas. Queremos ir este verano al Algarve, Alentejo y Lisboa con la furgoneta. Queriamos preguntaros que tal el tema de dormir en cualquier sitio…si esta permitido, si hay mucho control, etc…
Gracias 😀
Hola Marta. Nosotros estuvimos hace años por Algarve y no tuvimos problemas. Sólo un señor se acercó un día a protestar pero ni siquiera estábamos durmiendo, habíamos parado a comer. No le hicimos mucho caso. Llegamos a dormir en el mismo Cabo de San Vicente (eso sí, por la mañana se peta de autobuses de turistas). Y en el viaje en el que hablamos en esta entrada tampoco tuvimos problemas las veces que dormimos fuera de camping, pero en Coimbra y Lisboa nos pillamos camping por ser ciudades grandes. Un abrazo.