Para nosotros el porteo ha significado una liberación y nos ha facilitado la vida muchísimo, tanto en nuestro día a día para movernos por Madrid como en todos y cada uno de nuestros viajes.
Cuando María estaba embarazada de Éire empezamos a buscar sistemas para poder llevar al bebé en nuestras rutas por el monte y nos encontramos ante un mundo nuevo. Hace 4 años todavía era muy poca la información que se encontraba sobre portabebés ergonómicos y desde luego, por la calle casi no se veían. Pero una vez que dabas con una página en la que te hablaban de ellos, ya llegabas a otra y a otra y te podías informar de todas las opciones que existían.
Como nunca habíamos porteado ni conocíamos a nadie que lo hubiera hecho, escribimos a algún blog, a alguna tienda y a algún foro, y decidimos que como primerizos que éramos a todos los niveles, nuestra mejor opción era un portebebé elástico que te permitía hacer preanudados y luego ya colocar al bebé sin riesgo de que se te cayera mientras hacías el nudo. Lo único que había que hacer era un nudo muy fácil que podías aprender con las instrucciones del propio portabebé o con videos de Youtube, meter al bebé y luego ajustar bien para que quedase con la tensión necesaria.
Nosotros en aquel momento nos compramos uno de la marca Boba Wrap y podeís encontrarlo aquí. Lo utilizamos desde el primer momento y enseguida nos dimos cuenta de que era nuestro sistema ideal.
En nuestra primera escapada a Consuegra que os contamos en esta entrada, combinamos el fular elástico con el carrito y lo mismo hicimos cuando Éire tenía dos meses y nos fuimos un par de semanas a recorrer el País Vasco. Pero en esta segunda salida ya nos dimos cuenta de que el carrito ocupaba muchísimo espacio en la furgoneta y nos limitaba a la hora de movernos por los lugares que visitábamos; por ejemplo, nos habría sido imposible visitar la ermita de San Juan de Gaztelugatxe. Además coincidió que de los 14 días que estuvimos de ruta, 13 llovió como si no fuera a parar nunca. Así que, cuando llevábamos el carro, teníamos que poner el plástico de la lluvia y eso nos daba la sensación de que Éire estaba un poco apartada, no le podíamos hablar ni acarciar y eso no nos gustó nada. En Bilbao acabamos comprando un cobertor para el portabebé elástico, para así llevar a la peque protegida del frío y el agua pero bien cerca, para darle mimos y hablarle.
Tenemos que reconocer que, aunque Heber lo utilizó bastante porque le encantaba llevar a Éire pegadita, eran 5 metros de tela que había que dominar y por muy fácil que sea el sistema del preanudado, acabó agobiándole un poco y tuvimos que buscar otros sistemas de porteo. Pero eso ya os lo contaremos en otra entrada.
Que tengáis un buen día.
Yo también empecé en esto del porteo con un fular elástico y con los preanudados! Me daba pánico intentar atar el fular con la bebé encima… Pero con la práctica, al final resultaba incluso más sencillo hacerlo con ella encima y nada de preanudados! jejeje Al que nunca convencí para llevar a la peque así fue al papi.
La verdad es que lo del porteo es todo un mundo. Al principio da un poco de miedo, pero cuando le coges el truco es un gran descubrimiento. A nosotros nos ha facilitado la vida muchísimo en general. Un abrazo enorme.