Ruta en coche por la costa de Irlanda

Ya estamos en la última semana de invierno y hay que celebrar el Día de San Patricio. El color verde se impone y la cerveza es la bebida indiscutible. El 17 de marzo del año 461 murió San Patricio, patrón de Irlanda, que según se dice, explicaba el Misterio de la Santísima Trinidad con un trébol de tres hojas, de ahí la tradición de llevar un trébol éste día.

Nosotros estuvimos en Irlanda hace ya unos años. No íbamos con la furgo, aprovechamos uno de esos vuelos de precios irrisorios que se encontraban de vez en cuando (creednos si os decimos que llegamos a Dublín por 3 euros cada uno) y allí alquilamos un coche enano con el que recorrimos buena parte de la costa irlandesa.

Nos enamoramos del paisaje, de la gente, de su música…Y como ya algunos sabéis, nuestra hija se llama Éire gracias a ese viaje.

Tenemos recuerdos fantásticos de aquella escapada. En la Península de Dingle descubrimos playas apartadas en las que había camper aparcadas y no podíamos dejar de pensar en volver con la nuestra cuando ni siquiera nos habíamos ido. Recorriendo una estrecha carretera en el Condado de Kerry salió nadie sabe de dónde un toro gigante que nos hizo gritar como si en realidad estuviésemos viendo un dinosaurio. Os prometemos que era más alto que el coche.

Pudimos ver focas y delfines desde unos acantilados cubiertos de flores, pasear por antiguos cementerios y  atravesar en ferry el río Shanon para evitar el tráfico de Limerick, lo que nos hizo recordar la novela de Las cenizas de Ángela. Realmente el río nos pareció más amable que en el libro.

Encontramos lugares mágicos como los famosos acantilados de Moher, círculos megalíticos y castillos que nos trasladaron  a la Edad Media.

Esperamos no tardar en volver a Irlanda, aunque el siguiente viaje lo haremos ya con la furgo y por supuesto con Éire.

Que tengáis un feliz Día de San Patricio y una muy buena semana.