Se acerca San Valentín, la excusa perfecta para marcarnos un furgoneteo lleno de amor, corazones, besos y lo que surja. Cualquier lugar es bueno para quererse en una furgoneta, pero nosotros hoy os traemos 6 destinos furgoneteros románticos, ideales para declararle amor eterno a tu churri.
Castillo de Coca
Construido en la provincia de Segovia a mediados del siglo XV, el castillo de Coca, con un enorme foso, torre del homenaje y mazmorras, ha sido testigo de invasiones, guerras, traiciones y amores prohibidos. Fue todo un culebrón la historia que protagonizaron el marqués de Cenete y la jovencísima María de Fonseca. Él, que ya estaba casado, fue acusado de bigamia y encerrado en el castillo de Cabezón y a ella la recluyeron en el convento de Las Huelgas. Finalmente los amantes consiguieron reunirse, con rapto y novia desheradada incluidos.
Cala Mitjana
Una isla, una playa y una puesta de sol. ¿Qué puede haber más romántico? Al sur de Menorca hay muchísimas calas preciosas, pero la cala Mitjana nos encantó; puede que en agosto esté repleta de gente, pero en meses menos turísticos da gusto sentarse a la orilla del mar. Un destino furgonetero romántico a más no poder.
Playa de los Genoveses
En el Parque Natural de Cabo de Gata, la playa de los Genoveses es una de las más bonitas de Almería. Aunque en los meses de verano se llena de gente, fuera de temporada se puede disfrutar de la tranquilidad y la soledad de una playa casi virgen rodeada de vegetación.
Bosques de Broceliande
En plena Bretaña francesa y a muy pocos kilómetros de Rennes, este bosque es pura magia. Recorriendo sus caminos y escuchando un arpa celta, nos da la sensación de que en cualquier momento vamos a encontrarnos con un hada, un duende, un dragón o un misterioso caballero. Son muchísimas las leyendas relacionadas con estas tierras, pero quizá la de Merlín y Viviana sea la más famosa. Merlín, perdidamente enamorado de Viviana le mostró toda su sabiduría para poder seducir a la joven que acabó reteniéndole como prisionero de amor dentro de nueve círculos mágicos para toda la eternidad. No está demasiado bien señalizado, pero perderse por los caminos del bosque no hace más que realzar la sensación de estar en un lugar mágico mientras buscamos la fuente de la eterna juventud, el espejo de las hadas o el árbol de oro.
Zermatt
Tanto si esquías como si no, subir a Zermatt para sentarte en una terraza a tomarte un chocolate caliente mientras contemplas el monte Cervino es una preciosa experiencia. Zermatt es un pueblo libre de vehículos a motor, así que tendrás que dejar la furgo en Tasch (que tiene un camping aceptable) y coger un tren o hacer el recorrido andando. Nosotros subimos a Zermatt en tren (unos 6 euros el billete) y la bajada la hicimos a pie para intentar ver marmotas por el camino. En Zarmatt encontramos bares y restaurantes con chimeneas encendidas, coches de caballos que te llevan a hoteles preciosos y balcones repletos de flores aunque toda la calle esté cubierta de nieve.
Isla de Oleron
La isla de Oleron es la segunda isla más grande de Francia y está unida al continente por un puente de casi 3 kilómetros. Pueblos costeros con casitas de colores, barcos veleros, una luz poco habitual en el Atlántico con unas puestas de sol que tiñen el cielo de rosa. Un momento romántico donde los haya: sentarse en una terraza junto al mar para tomarse una copa de vino o champagne y unas ostras (con mantequilla para suavizar el sabor), que ya se sabe lo que dicen de las ostras…
Y estos son 6 de nuestros destinos furgoneteros más románticos. ¿Cuáles son los vuestros?
Preciosos lugares y para que veas qué pequeño es el mundo… mi mejor amigo es de la Ille D’Oleron 😉 Super recomendable
¡Hola Eva!
Pues sí que es casualidad, sí… A nosotros esa isla nos gustó mucho, estuvimos de lo más relajados en ella. Es un paraíso francés.
Un abrazo y gracias por pasarte por aquí 😉