Hanoi con niños, 3 cosas que no te puedes perder

Hanoi es la capital de Vietnam. Es una ciudad, como dice Éire: «grande, gigante, enorme». Llena de gente, autóctonos y turistas, de motos, de callejuelas, de tiendas y restaurantes. Tiene su punto agobiante como todas las grandes ciudades y los niños en algún momento tienen que desfogar. Cuando la visitamos en febrero, nos coincidió con la celebración de la Fiesta del Tet o Fiesta de Año Nuevo Lunar que ya os hemos contado aquí, así que por ese lado, Éire estaba entretenida por la calle mirando las luces, las decoraciones florales, los globos…

Pero en algún momento había que hacer cosas que a ella le supusieran desconectar un poco de tanto ruido y sobre todo de poder corretear. Hanoi no es una ciudad para que un niño de dos años vaya tranquilamente caminando, nunca sabes de dónde va a salir una moto, por eso Éire iba casi siempre en el portabebé; para nosotros no era compatible cruzar las calles y llevarla de la mano.

Hay tres cosas que a Éire le encantaron de la ciudad y queremos compartirlas con vosotros: el Parque de Lenin, la tortuga del Lago Hoàn Kiêm y el espectáculo de las marionetas de agua:

El Parque de Lenin

Situado en el Barrio Francés, es un lugar perfecto para que los peques correteen sin peligro y sin agobios. Hay que pagar una entrada que cuesta 4.000 dongs (unos 10 céntimos de euro). Arena, columpios y toboganes, un trenecito que recorre el parque y un montón más de atracciones como castillos hinchables con precios muy, muy baratos van a hacer las delicias de los niños. Preparaos para pasar una tarde entera. Y si os acercáis al lago tened cuidado con los mosquitos; este fue el único sitio de Vietnam en el vimos riesgo de ser devorados.

Entrada del parque de Lenin, en Hanoi

Entrada del parque de Lenin, en Hanoi

El Lago Hoàn Kiêm

Está en el centro de Hanoi y será muy difícil que no paséis por él en cada paseo que deis por la ciudad. Es uno de los lugares más concurridos de Hanoi; de madrugada muchos vietnamitas se acercan hasta su orilla para practicar Tai Chi y por las tardes instalan gimnasios portátiles en torno a los que se reúne mucha gente para hacer un poco de ejercicio. Si tenéis suerte, podréis ver a la tortuga gigante que vive en el lago y que es uno de los cuatro ejemplares de la especie Rafetus swinhoei que existe en el mundo. Si no podéis verla recorriendo el lago, siempre os podréis acercar a contemplar el ejemplar disecado que se expone en el templo de Ngoc Son.

Tortuga disecada en el Templo Ngoc Son, en el Lago Hoàn Kiêm, en Hanoi

Tortuga disecada en el Templo Ngoc Son, en el Lago Hoàn Kiêm, en Hanoi

Marionetas de agua

Y dejamos para el final lo que a Éire más le gustó. Estaba tan entusiasmada, que decidimos ir dos veces a ver el espectáculo de las marionetas de agua. De un escenario acuático emergen las marionetas mediante un sistema de poleas y estacas de madera y con música en directo nos van contando historias y leyendas tradicionales vietnamitas. Éire aplaudió, bailó, saltó, cantó y por las noches, en sueños, llamaba al «muñeco de agua que toca el tambor». Hay espectáculos casi a cada hora y los precios varían, aunque no tenemos muy claro cuál es la razón. Unas entradas costaban 60.000 dongs y otras 100.000 dongs. Podría parecer que con las más caras estarás más cerca del escenario, pero si bien la primera vez sí que estuvimos bastante cerca, la segunda, a pesar de coger el mismo tipo de entrada estábamos casi al final del teatro. En cualquier caso es un espectáculo muy recomendable en el que los peques se lo van a pasar estupendamente viendo cómo los dragones echan fuego por la boca, las hadas bailan con sus alas extendidas y los patos se suben a las palmeras mientras un zorro intenta darles caza. Hay varios teatros en los que se puede ver el espectáculo, pero nosotros fuimos al Teatro Thang Long, frente al lago Hoàn Kiêm.

¿Ya estáis preparando la escapadita de Semana Santa? Nosotros este año nos quedaremos por Madrid, aunque algún furgoneteo caerá seguro. Ya os contaremos.

¡Que tengáis un feliz martes!

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