Después de un día y medio de viaje, por fin habíamos llegado al aeropuerto de Ciudad de Ho Chi Minh. Hacía calor, teníamos que esperar una cola enorme para poder sellar el visado y no había ningún lugar a la vista para comprar una botella de agua. Pero como hay gente atenta y buena en todas partes, cuando nos quisimos dar cuenta, Éire abrazaba esta botella que le había dado un periodista español que llegaba a Vietnam por trabajo.
Le estaremos eternamente agradecidos pues consiguió que nuestra espera burocrática fuese mucho más llevadera.
Y vosotros, ¿habéis tenido la suerte de encontrar gente buena que os ayudara en algún momento crítico de vuestros viajes? Esperamos que nos contéis vuestras experiencias.
Varias veces, y es fantástico!
Recuerdo una vez en Turquía… Aunque no es tan tierno como que ayuden a tu hija, aquello nos dejó emocionados. Éramos bastante jóvenes (creo que teníamos 24 años o así) e íbamos en un viaje en grupo «low cost»… Comíamos a mediodía pan (del buffet libre del desayuno) con latas de atún y cosas así… Creo que les dábamos entre penita y ternura a otros compañeros de viaje! jeje Al final del viaje nos quedamos sin dinero y no podíamos permitirnos visitar algunos monumentos (el Palacio de Topkapi, por ejemplo). Un matrimonio catalán que iba en nuestro viaje, sin pensarlo, nos dio dinero para que pudiésemos continuar con el descubrimiento cultural del país. Creo que aún nos acordamos de aquello con entusiasmo y emoción. Y pensamos que, sin duda, si nos encontramos en una situación similar, ayudaremos a los jóvenes aventureros como nos ayudaron a nosotros.
También recuerdo en Tailandia algunas personas ayudándonos a entender los carteles escritos en Tai para elegir el autobús con el destino correcto…
O en Cuba, algunos viandantes ayudánonos a arreglar un pinchazo en la rueda del coche…
Qué maravilla encontrar gente que te ayuda sin conocerte de nada, y a veces casi sin entenderte! 🙂
Vaya, eso sí que es ayudar. Además, os ayudaron a disfrutar de Estambul, ¡con lo maravillosa que es esa ciudad!
En esos momentos uno recupera la fe en la humanidad. Da gusto dar con gente así, es una maravilla.
Gracias por compartirlo y por pasarte por aquí.
¡Qué bello gesto! Siempre hay gente buena con sonrisas que regalar, botellas o aquello que jamás pensamos sería un recuerdo inolvidable.
Pues sí Patricia. La verdad es que para nosotros fue una gran bienvenida a Vietnam. Seguro que no volveremos a ver a ese chico y que él no se acuerda de nosotros, pero le estaremos siempre agradecidos por su gesto, que tanto nos facilitó la espera. Un abrazo.