Una copa de vino a orillas del Sena

Allá donde fueres, haz lo que vieres. Y eso hicimos nosotros en una de nuestras visitas a París.

Tomando una copa de vino a orillas del Sena, con Notre Damme al fondo

Como hacemos casi siempre que visitamos una ciudad grande, habíamos reservado una habitación de hotel con aparcamiento para la furgo. Pero al llegar nos encontramos con que no existía tal aparcamiento y con que la habitación de hotel era una auténtica ruina. Así que, ahí estábamos, en medio de París sin hotel. Un par de llamadas a la hermana de María, una artista en esto de buscar alojamientos económicos, nos llevaron a un hotel frente a la Estación de París Austerlitz, por 45€ la noche (con precios habituales de más de 200€).

Estábamos al lado del paseo que recorre el Sena y muy cerca de Notre Dame, así que nos dimos una vuelta al atardecer y pudimos ver cómo los autóctonos llegaban con sus cestas de mimbre, sus mantelitos, sus copas de cristal y sus botellas de vino y champagne. A la noche siguiente decidimos hacer lo mismo, aunque sin tanto glamour:

En vez de cesta llevábamos una bolsa de plástico del supermercado y en vez de copas, los vasos que te dejan en el baño del hotel para lavarte los dientes. Hay que tirar de lo que hay.

Recomendamos la experiencia, aunque eso sí, ojo con las ratas. Nosotros pudimos contemplar estupefactos cómo una saltaba por encima de una parejilla que se hacía arrumacos.

Feliz día a todos.

 

ESCRIBE UN COMENTARIO